Llevo un tiempo pensando en qué haré después de salir de Massana. El año que viene haré el TFG y con eso acabaré el grado (si es que todo va bien). No sé ni de qué haré el TFG.
Creo que mi intuición es muy buena, o bueno, no sé cómo llamarlo, pero hay algo que me incita a hacer cosas o algo que me empuja para hacerlas. Pasó con el caso de tener que dejar el colegio con mis amigas y en mi pueblo para ir a una ciudad con gente desconocida a hacer el bachillerato artístico. O cuando decidí (en segundo de la ESO) venirme a Barcelona para estudiar arte, o algo relacionado con arte.

De cualquier manera u otra, esas dos cosas que he comentado las cumplí. Y esta vez tengo otra intuición. Para responder a la pregunta de qué hacer después de acabar Massana.

Resumiendo, el contexto de mi decisión reside en la siguiente, que, aunque puede parecer muy sensacionalista, me salió así escribirla: …decidí irme porque no me encontraba a mí misma, pero ahora sé que el lugar en el que quiero estar es allí…

Esta frase parte de una carta que le escribí a mi padre hace unos meses.

Cuando de aquí y allí me refiero a Barcelona y a Orereta (Errenteria). El primero es el lugar en el que estoy ahora, y el segundo el lugar de donde vengo, un pueblo en Gipuzkoa.

Es por eso que la decisión en la que actualmente me refugio es la de volver a mi casa. Al País Vasco. Y entonces pienso a veces que yo sería muy feliz haciendo comida y dando de comer a la gente. Y hacer un espacio de encuentro cómodo, que respete el contexto y las situaciones de nuestro pueblo. Y quizá este espacio podría tener una biblioteca y una venta de libros y publicaciones. Y quizá algunos eventos a veces. Y algunas exposiciones. Y algún concierto. Y algunas reuniones. Quizá también un pequeño espacio de trabajo. Un espacio abierto para que las personas puedan proponer algo que deseen y que se adecue con las ideas que quiera sobre el espacio.

Y quizá generar conexiones con otros lugares (una pequeña plataforma en sí misma), pero que trate temas que van de la mano junto al contexto en el que el espacio se situa. Y hablar del arte, y hablar de la precariedad, de las memorias y conexiones reales. Y sobre temas contemporáneos, sobre investigaciones artísticas, políticas, sobre poemas, sobre música, sobre baile, sobre juegos, sobre el pasado y sobre lo ficcional, sobre curas. Un espacio protegido, un espacio accesible y abierto. Que trate inquietudes, que acoja a subalternos o marginados. Que se hable desde el margen.


Pero la cuestión aquí reside en cómo hacer un espacio que no esté fuera del ritmo del pueblo. Cómo hacer que se incluya de manera natural, que no se sienta apartado. Que el pueblo lo conozca, que los jóvenes y adultos lo frecuenten. Qué no se etiquete de elitista o absurdo en un lugar en el que este tipo de lugares no se ven mucho. Qué hacer con el dinero para fundarlo, con el tiempo qué me llevará, con los cuidados que le daré (o daremos) y con que protocolos actuaremos.

atras
DIFUSION EN ÉPOCA DE COVID19

Estos días he estado pensando muy poco en todo lo que está pasando. Estoy procastinando trabajos y tareas del hogar, llamadas a familiares y amigos, pero sobre todo, estoy procastinando mis emociones. No quiero pensar en nada, porque cualquier cosa que hago me da dolor de cabeza.

Pero he estado pensando en lo que está pasando. Y que la única manera que yo tengo personalmente de conectar con otras personas es 1) físicamente: cuando voy al supermercado, a echar la basura, o con mis compañeras de piso (esta última opción la voy a ignorar ya que no quiero relacionarme con ellas de ninguna manera -cuestión personal-). Y 2) virtual-digitalmente.

Entre las dos opciones posibles que he escrito, no llevaría a cabo ninguna: el problema está, en esencia, que no quiero socializar en nada, al menos con personas con las que no tengo nada de confianza. Es por eso que quizá en este estado de emergencia simplemente me dedico a hacer el vago y a no hacer nada. Otra opción también podría ser la de dejar entrar palomas a mi habitación y dejarles mensajes. Pero aun así es una idea que me da bastante asco, y aunque pasara, luego ¿qué personaje se atrevería a coger una y leer el mensaje? Y ¿quién sabría que he dejado un mensaje? (no hagáis caso a esta última idea porque es muy surreal y absurda, solo era una reflexión loca).

Si volvemos a las 2 opciones que antes he mencionado, me quedaría con los métodos digitales. Totalmente. Porque aunque sé que me va a costar igualmente, no tengo que afrontar cara a cara a otras personas y puedo inventarme un personaje surrealista o mi alter ego, y no tengo que ponerme nerviosa o que mi cara se ponga roja como un tomate.

Estos días me conecto con otras personas a través de Skype, Jitsi, Wasap, Instagram o llamadas telefónicas. Pero qué otras formas de comunicación puede haber? O cómo utilizar las herramientas que he mencionado -aka las redes sociales más comunes- de otra forma diferente?

Sinceramente, no sé qué proponer. Como bien explicaba en el video de las plataformas, no sé si me interesa mucho distribuir obra plástica o virtual. No lo sé. Si mi interés al final se resume en generar un espacio, cómo puedo explicar y presentar un espacio que podría ocurrir en un momento en el que sólo la comunicación virtual es lo que predomina? No me apetece, por lo tanto, contactar con otros referentes parecidos a los que expuse ya que me da pudor tener que comunicarme con personas en las que no tengo confianza. Entonces, qué podría hacer?

La idea más desarrollada que se me ha ocurrido es, aunque sea, explicarselo a las personas más cercanas a mí, o aunque sea, a las personas con las que normalmente me comunico estos días, que serían: mis amigas del País Vasco, mis compis de Massana y mi familia (aunque descarto a mi abuela y madre porque es un tema mucho más complicado y sé que tendría que hacer el triple de esfuerzo para que lo entendiesen).

Y cómo difundir esta idea, que solo reside en mi cabeza y no tienen ninguna forma física a estas personas? A través de la escritura. Y que el tiempo y ellas decidan qué hacer con esa información. Porque si están como yo, procastinarán cualquier cosa que les llegue.
Y como escribirles? La verdad es que no me apetece tener que contactar con ellas una a una por wasap, por ejemplo. Porque no es lineal, y las palabras se interrumpen entre ellas. Y es mucho más informal.

Es en estos casos cuando me apetece volver a tener una conversación menos fluida y directa. Y sobre todo menos rápida. Y se me ha ocurrido que el correo electrónico es una manera bonita. Porque te incita a escribir un texto (quizá) largo, en el que luego se verá bien en la interfaz del ordenador o móvil, y luego el mensaje llegará, y hará que la notificación sea por correo, y será algo raro, porque verán un correo misterioso y largo de Ane Agirre, cuando normalmente Ane Agirre se comunica por wasap o Skype. Y espero que les entre la curiosidad. Y me dará igual que no me contesten, porque sé que es dificil prestar atención en estos momentos. Pero aunque sea tendrán en la bandeja de entrada este mensaje largo de mis intenciones futuras y ojalá se vuelva realidad.

Sé que es difícil lo que propongo. Y mis intenciones también son confusas. Y este texto, sobre todo, es muy difícil para leer. (Y creo que no me estoy justificando) pero mis ganas y mi cabeza no pueden hacer más estos días. Espero que este metodo pueda explicar bien mis intenciones, pero es que mi interés en generar un espacio compartido es un poco dificil de explicar, y un poco difícil de llevar a cabo.
Sueño con tener una casa. Una casa donde poder comer lo que quiera y cocinar a mis amigas. Una casa donde cagar a gusto y sin personas que me digan qué no hacer. Escuchar música diferente y variada y no tener que pensar en si el volumen molestará a alguien. Para poder colgar del balcón una ikurriña, para hablar con personas. Para dormirme sin tener que perder tiempo en el sofá al lado del fuego. Una casa para mí y para las demás. Para habitar-cohabitar-convivir y vivir juntas. Para tener un perro. Para mis futuras ideas y decisiones. Quiero tener una casa llena de mierdas que no sirven para nada y muchas cosas absurdas. Una casa que me reafirme, que no me abandone, que me haga mantener vivos mis recuerdos, que me ayude a generár más.
Y de mi casa colgarán fotografías de mis vidas, palabras que nunca saldrían a la calle y libros que me hagan sentirme acompañada.
He estado pensando si la necesidad que llevo encima de querer generar este espacio viene por la necesidad de seguir dentro del círculo artístico en el que he vivido los últimos 4 años. Si viene por la necesidad de situarme a mí misma y a mis nuevos gustos e intereses en el lugar al que quiero volver. Me da miedo que realmente y en mi fondo este lugar no sea necesario y simplemente no sea compatible con lo que llevo haciendo y aprendiendo los últimos años.

Pero a la vez quiero dar voz y ofrecer a las tendencias artísticas vascas. Retomar amistades y generar nuevas complicidades. Pero, cómo retomarlas?

Ofrecer un lugar libre e independiente donde poder mostrar cosas. Pensar, generar, mostrar y reflexionar. Y que no quede en el olvido.
un lugar para lo cercano
para nosotras
y nuestras curas

un lugar para lo emergente
lo precario


tengo la necesidad de volver a casa pero sin olvidarme de barcelona


un lugar para relacionarse, generarse,
pensarse,
deconstruirme


para cocinar y comer y hablar en sobremesas
en conjunto

para bailar y escuchar musica y cantar y gritar hasta vaciarte


un segundo hogar

donde poder hacer las cosas que no he podido hacer


un lugar para jugar y probar y experimentar

habitar y refugiarme

y un lugar para nosotrxs,
para que nosotrxs hagamos el lugar
+
Pues al final va a resultar que me he estado comiendo la cabeza demasiado.
Todas las noches dandole vueltas al espacio este y a los nervios por contactar con otras personas y rayándome por lo que podrán pensar acerca de mí y de mi pensamiento.

Resulta que he sentido vergüenza de mí misma al hablar con Irati y Marc.
Porque parece que he caído en la lógica neoliberal de que mi espacio (sobre todo mío) tiene que ser exitoso. Y tiene que serlo para que el pueblo lo acepte, y para que la gente venga, y para que sea conocido, y para que se haga famoso en el contexto vasco...

Y en ningún momento me he dado cuenta. Porque lo estaba forzando, lo estaba forzando con la intención de poder vincular algo intenso y crítico con un espacio y una necesidad muy vital y humana de conectar y generar cosas y relaciones.

Y eso me ha hecho pensar mucho.
Y quizá no tengo por qué pensar tanto tantísimo acerca de temas económicos, ni burocráticos, ni sobre el contexto... porque quizá el contexto mismo ya no encuentra por sí solo, y solo hace falta algo pequeño que lo haga explotar...